Edificio Plaza América

El edificio se localiza en el extremo Norte del actual parque tecnológico de la Cartuja. En las proximidades inmediatas, al Sur, se encuentra el parque temático de Isla Mágica, en la superficie originalmente destinada al Lago de España durante la Exposición Universal de 1992. Esta localización apartada hace que su accesibilidad se vea limitada al transporte público y al automóvil privado, por lo que el entorno del edificio se encuentra generalmente ocupado por numerosos vehículos.

 

El edificio tiene una planta aproximadamente cuadrada, en la que los usos se localizan siguiendo un principio de racionalidad distributiva íntimamente ligado a los núcleos verticales de comunicación y a la posición de los espacios libres. Las estancias ocupadas por los departamentos se localizan en las cuatro esquinas del edificio, que cuentan con un patio interior de pequeñas dimensiones que les aporta iluminación natural. Estas esquinas quedan delimitadas por núcleos verticales de comunicación, a cada uno de los cuales que se asocia un núcleo de servicios. Estos núcleos de comunicación sirven de transición a los espacios destinados a aulas, localizados en los lados mayores del edificio, entre las cuatro esquinas mencionadas.

 

Dentro de las transformaciones realizadas en el edificio, la de apertura de patios es la que evidencia las ventajas que ofrecía la condición estructural estándar original, permitiendo particularizar la tipología según criterios medioambientales y de eficiencia energética. Siendo propósito del proyecto de adaptación incorporar luz natural a las estancias de aulas, dos patios abiertos a las fachadas Este y Oeste permiten alcanzar el grado de confort adecuado. Esta sucesión de patios queda completada con los dos atrios interiores, que ocupan el corazón del edificio y permiten la entrada de luz cenital.

 

La fachada principal del edificio se orienta hacia el Sur, formando un atrio de acceso de generosas dimensiones, que se atraviesa hasta alcanzar el vestíbulo principal, que ocupa una posición central. Desde este vestíbulo, se obtiene una visión completa del funcionamiento del edificio: los dos grandes atrios quedan unidos en la planta baja a través del vacío bajo la biblioteca, que conduce directamente a la zona de administración de la Escuela.

 

Estos dos atrios cuentan con una cuidada iluminación, que se hace extensiva a la totalidad de las estancias del edificio. En el caso de estos dos espacios más representativos, su intensidad es suficiente como para permitir la existencia de jardines de invierno en parterres. En el atrio Oeste, este parterre cuenta con la presencia de un ala de turbohélice, que adquiere una condición monumental en este espacio. En el lado Sur de este mismo atrio, se conserva la estructura original en madera y hierro del Giraldillo, también de presencia monumental por su escala.

 

En las esquinas al Sur de ambos atrios, se localizan los ascensores panorámicos, que se incorporan como miradores al mismo tiempo que conectan con los niveles superiores de galerías de distribución. En éstas se evidencia también el alcance de la transformación estructural experimentada por el edificio: los niveles segundo y cuarto se apoyan en los grandes soportes de planta circular que se muestran en el atrio, mientras que el tercero y el quinto se retranquean y cuelgan de tirantes metálicos de más reducida sección.

 

Dos espacios singulares merecen ser mencionados en este esquema. En primer lugar, la Biblioteca, que se desarrolla en tres plantas de altura a partir de la planta primera, y cuyos costados se asoman al vacío de los dos atrios principales. Cuenta con un gran espacio central a triple altura, hacia el que se vuelven los dos últimos pisos. La sensación de transparencia que impera para con los atrios es asimismo reforzada en la sala de lectura a través de una claraboya de planta circular y grandes dimensiones, que conecta visualmente con la zona de administración inmediatamente debajo. La cubierta de la biblioteca, también incorporada en la adaptación al nuevo uso, se resuelve mediante dos monitores orientados al Sur con forma de conoide, bajo los que se disponen lamas a distancias progresivas que permiten una iluminación homogénea del espacio interior.

 

Igualmente singular es el salón de actos del edificio, que es actualmente el de mayores dimensiones de la Universidad de Sevilla. Su patio de butacas se organiza en dos tramos, contando con un total de 700 localidades, que incluyen palcos a ambos lados de la sala. Por las particulares necesidades de este espacio, y a diferencia de las técnicas de control de luz natural empleadas en el resto del edificio, la iluminación del salón de actos es exclusivamente artificial.

 

La apariencia exterior del edificio está determinada por el color burdeos del panel de aluminio Robertson empleado en la construcción original de la fachada. Sobre ella se han practicado nuevas aberturas horizontales, destinadas a facilitar la distribución homogénea de la luz natural en el interior de las estancias.

 

Esta información ha sido tomada en su integridad de la web de PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA